De
Moggio a Camburzano.
Bajamos
desde las montañas de Moggio en Lombardía buscando Piamonte donde se ubica Camburzano, nuestro alojamiento en la segunda etapa de la
estancia italiana de ese verano.
constituyen el telón de fondo del
paisaje piamontés, por otra parte muy variado, pues no faltan montañas y
colinas (y una hermosa morrena a la que no podré por menos que referirme cuando
llegue el momento).
La región, antiguo feudo de los Saboya convertido en 1720 en el reino que habría de ser el germen de la unificación italiana,
La región, antiguo feudo de los Saboya convertido en 1720 en el reino que habría de ser el germen de la unificación italiana,
forma parte de la gran llanura que constituye el norte de Italia. El río Po que baja del Monviso, comienza aquí su largo recorrido.
El
trayecto fue muy agradable, paramos a
comer en Masserano, en un
restaurante al pie de la carretera al que habían llamado El Toro, aunque de
español sólo tenía el nombre y quizá alguna evocación para su dueña que
obviamente nunca llegamos a conocer.
Disfrutamos de los paseos por sus pequeñas y empinadas calles,
entre las casas donde no faltaban los jardines y huertos muy bien cuidados por sus habitantes, para los que nosotros debíamos resultar también una atracción turística a la inversa, pues estoy por asegurar que poco (por no decir ninguno, eso siempre es arriesgado) españoles habrán llegado hasta allí de vacaciones.
Comenzamos nuestras
andanzas por Piamonte visitando Biella. entre las casas donde no faltaban los jardines y huertos muy bien cuidados por sus habitantes, para los que nosotros debíamos resultar también una atracción turística a la inversa, pues estoy por asegurar que poco (por no decir ninguno, eso siempre es arriesgado) españoles habrán llegado hasta allí de vacaciones.
Recorrimos
el centro de elegantes calles y edificios con soportales
Aunque
tiene una elegante columnata y está situado en una hermosa plaza, tengo que
confesar que me dejó un poco indiferente. Me gustó el campamile que asoma detrás
de un bonito edificio porticado.
Resultó
un relajado paseo que nos ocupó
la mañana, pues en proyecto teníamos la comida en la Trattoria del Peso, que nos había recomendado nuestra anfitriona en Camburzano, en Occhieppo
Inferiore (hay otro Occhieppo, el
Superiore, que no llegamos a conocer). Es este un pueblo por el que pasamos en casi todos nuestros desplazamientos, aunque tengo que decir que sólo conocimos de él la trattoria, donde tres hermosas mujeres: madre, hija y nieta,
servían con toda la amabilidad imaginable unos excelentes platos, de entre los
que destacaban los extraordinarios gnocchi
al Gorgonzola.
Comimos allí varias veces y siempre fueron comidas divertidas en las que no faltaron animadas conversaciones.
Comimos allí varias veces y siempre fueron comidas divertidas en las que no faltaron animadas conversaciones.
Llegar a Ivrea, constituyó toda una experiencia. Para que pueda entenderse tengo que contar que no subimos al Santuario de Oropa, porque la carretera me produjo una especie de pánico, por llamarlo de forma suave. Dimos la vuelta.
Lo que no podía imaginar era lo que me esperaba cuando iniciamos el trayecto en dirección a Ivrea por la ya familiar N338. Tuvimos que atravesar, en curvas que giran sobre sí mismas, una de las morrenas que rodean el valle, la mayor de Europa al parecer.
Imagen tomada de Internet |
El miedo
durante el viaje, aunque era considerable, no fue lo bastante como para
impedirme disfrutar del frondoso bosque, de un verde deslumbrante, que flanquea
la carretera; de la radiante luz del sol que filtraban las hojas de los
árboles; de las hermosas vistas del valle, ya casi al final del trayecto, con el río Dora Baltea, y una multitud de pequeños lagos dispersos por la
llanura, y desde luego de la vista de la ciudad.
Imagen tomada de Internet Debo decir que, con esta mezcla de impresiones encontradas, no fui capaz de tomar una sola fotografía. |
Ivrea
es una fundación romana que durante la Edad Media fue, junto a Turín, uno de los feudos más
importantes de Piamonte. El centro
histórico situado en un alto, posee una impresionante catedral neoclásica que ocupa
el espacio de la antigua de origen medieval. A la vista de estas obras piamontesas ¿empezaba a cambiar mi apreciación del neoclasicismo, o era Italia? No sabría decir.
Conserva
también un castillo del siglo XIV símbolo del dominio de los Saboya. Es un magnífico
edificio
de planta cuadrada con cuatro torreones cilíndricos en las esquinas de los que uno desapareció en el siglo XVII tras una explosión producida por un rayo que prendió la pólvora que almacenaba.
de planta cuadrada con cuatro torreones cilíndricos en las esquinas de los que uno desapareció en el siglo XVII tras una explosión producida por un rayo que prendió la pólvora que almacenaba.
La vista desde el castillo sobre la ciudad y el paisaje colindante, es muy bonita y resultó una tarde tranquila y agradable.
No vimos más de la ciudad. Permanecimos sentados contemplando el panorama y pensando que nos aguardaba la morrena para volver a Camburzano. Felizmente la contemplamos a nuestra espalda desde terreno llano.